Editorial
En estos tiempos de intereses más altos, parece que las ventas inmobiliarias se reducen sustancialmente. Y con ello los pedidos para nuevos edificios. Malos tiempos para los arquitectos, pues. Otra suerte de arquitectos, sin embargo, en esta estival época tienen más trabajo que de costumbre.
Durante las vacaciones se realizan los cambios más importantes del año en las estructuras de TI, con lo que se avecina un verano “calentito” para muchos. Y no estoy hablando de temperaturas en grados Celsius, precisamente.
Pero el espectáculo debe continuar, las empresas avanzar y el que no avanza es rebasado por los competidores más inmediatos, que están ojo avizor a cualquier despiste. De una buena arquitectura dependen muchas cosas, especialmente en el caso de compañías grandes, ya que en ellas resulta más difícil intercambiar las piezas básicas que se han empleado, una vez que están colocadas en su lugar correspondiente, porque se afectan a muchas más personas.
Además, los escenarios son continuamente cambiantes. Es como si un arquitecto de la construcción tuviera que elevar una casa sobre arenas movedizas, con cimientos flotantes que deben acomodarse a las nuevas circunstancias del terreno, sin dejar caer el edificio.
Por suerte al encuentro de los arquitectos de software vienen las numerosas tecnologías y herramientas que cada año se publican. Al menos algo, para aligerar la carga que llevan en sus hombros. Feliz verano a todos, colocando ladrillos “virtuales”.
Noticias relacionadas
Programador Java con conocimientos de Scrum, el perfil IT más demandado para 2018
Workday amplía su set de herramientas de seguridad con Duo Security
El 71% de las empresas ya están utilizando metodologías Agile y la extensión de las prácticas de DEVOps entre ellas
Deja un comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *
Debes haber iniciado sesión para comentar una noticia.
Comentarios
No hay comentarios.